26 febrero 2009

Perdón por intolerarlos: ahí viene la plaga

Perdón por intolerarlos
Ahí viene la plaga

Plagiar es robar, no hay de otra, se puede adornar el hecho, intentar justificarlo a través de teorías de la conspiración, indicar que alguien olvidó colocar unas comillas, que los duendes de la imprenta o los gremlins de la política, que el negro contratado para la redacción de discursos sufrió un ataque de flojera y decidió no borrar las huellas de su delito, lo que sea, al final el hecho es el mismo, a lo que hay que sumar el cinismo, ya que este robo se comete con la presunción de que se puede engañar al otro y demostrar un conocimiento que no se tiene.

La denuncia que recibió La Jornada Aguascalientes sobre el plagio cometido por Rafael Urzúa Macías, Rector de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, no se puede minimizar por ser una denuncia anónima ni a través de usar la definición de la Wikipedia para aligerar las consecuencias, el plagio demuestra mala fe y la poca importancia que se da a las ideas, a la posibilidad de diálogo.

Pocas cosas honran a un escritor como el detalle de una cita en el lugar oportuno, destacar el texto ajeno con cursivas o colocarlo entre comillas, quien así lo hace establece un vínculo nuevo entre el texto citado y su propio lector, se favorece el intercambio de ideas, quien escribe presenta a otro autor con una perspectiva enriquecida. Si hay belleza en el arte de la cita es porque muestra de la manera más transparente el mecanismo del diálogo, cómo se establece un nexo con el otro, incluso es posible rastrear la forma en que se genera una idea nueva al disponer de las señales que dispararon el comentario o señalamiento, si se rebate o se coincide. ¿Plagiar?, plagiar es fraude, pereza de pensar, asumir que el otro ya lo dijo mejor pero negarle el crédito, abusar de la confianza del lector presentando como propio un conocimiento ajeno que, en el peor de los casos, ni siquiera se entiende.

Ya el secretario particular del rector, Marco Antonio Gallardo Cabrera, salió a ofrecer su cabeza apuntando que él es responsable de los comunicados y publicaciones, Matías Lozano, columnista de La Jornada Aguascalientes apuntala la respuesta señalando que así “queda solventado el asunto del plagio”, en lo que me permito disentir, no queda arreglado nada, se explica pero no se justifica, no importa si es un discurso a puerta cerrada, un boletín informativo o una ponencia magistral, conserva su característica de insulto a sus interlocutores y práctica poco honesta.

Quizá Matías Lozano disculpa el hecho porque el acusado es el Doctor Urzúa Macías o le disgusta el anonimato de los acusadores, pero insisto, plagio es robo y simulación, una denuncia que no es anónima es la publicada por Adán Josué Brand Galindo en la página México Kafkiano (http://mexicokafkiano.com), donde acusa Nora Ruvalcaba de tropezar con la misma piedra que el rector de la UAA y comprueba que el texto publicado en La Jornada Aguascalientes por la diputada perredista (febrero 17) es un plagio de una nota del periódico vasco Gara y de una entrevista al sociólogo Heinz Dieterich Steffan en la revista digital Rebelión. ¿Cómo disculpamos a Nora?, ¿también es por culpa de la auditoría a la Posta Zootécnica? Al grupo de diputados que copiaron y pegaron una ley para presentarla como iniciativa propia, ¿los incluimos como parte de las presiones que recibe rectoría? Ya son demasiados casos, es una plaga, consecuencia de la poca importancia que se de la da las ideas y al debate.

Asumir las consecuencias de un fraude no debe ser tarea grata, pero una vez descubierto el chanchullo, no se le puede echar al olvido, es necesaria una reacción pública. No hace mucho Shoichi Nakagawa, ministro de finanzas del Japón, renunció a su cargo tras ser acusado de asistir borracho a una conferencia de prensa del G7. El funcionario nipón jura y perjura que su comportamiento fue resultado de la mezcla de medicamentos para la gripe, cansancio y el jet lag, aún así, reconoció el error de salir en esas condiciones, la vergüenza lo hizo presentar su renuncia.

¿Qué le podemos exigir a nuestros políticos?, por supuesto que la renuncia no, eso es pedir lo imposible, pero sí un poco de pudor, una mínima señal de que no se nos considera imbéciles, al menos una disculpa pública; además, no debe ser tan difícil, es cuestión de pedirle a alguien que la escriba, lleva poco tiempo encontrar una en internet.



Publicado en La Jornada Aguascalientes (26/02/09)

Post scriptum:
En la edición de febrero 25 de La Jornada Aguascalientes, la diputada Nora Ruvalcaba ofreció una disculpa a los lectores por "omitir" la referencia a
Heinz Dieterich Steffan, "Por pereza y descuido. En la edición de febrero 26, se publica una carta del rector de la UAA, Rafael Urzúa Macías, en la que califica el plagio de "lamentable inconsistencia".

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