Envoltorio
de papaya Cambalache
Igual que en la vidriera
irrespetuosa de los cambalaches
En
una de las conversaciones que conforman el libro Los cínicos no sirven para este oficio, Ryszard Kapuściński explica
que el periodista se ha desvinculado de la verdad porque cada vez más hay más
personas en los medios de comunicación que no tienen nada que ver con la
información, sino con el espectáculo, agrega como una posible explicación a la
banalización de la cultura que tras la guerra fría “el mundo de los negocios
descubre de repente que la verdad no es importante, y que ni siquiera la lucha
política es importante: que lo que cuenta, en la información, es el
espectáculo. Y, una vez que hemos creado la información-espectáculo, podemos
vender esta información en cualquier parte. Cuanto más espectacular es la
información, más dinero podemos ganar con ella”. Así, separada la información
de la cultura, quien tiene más recursos decide qué es lo que difunde y que le
traiga más beneficios, qué es lo que más vende.
Revisar
esa explicación de Kapuściński provoca analizar la relación entre el perfil de
los dueños de los medios y la línea editorial del producto que venden; sin
embargo, no justifica el mal gusto del público. Las nuevas tecnologías han
ampliado la oferta (sí, no la han democratizado, tener más de 500 canales a la
mano no significa que todos tengan acceso a ellos, tampoco que los contenidos
en internet parezcan infinitos necesariamente se relaciona con la posibilidad
de acceder a ellos), pero la enorme propuesta no parece incidir en las
mayorías, que siguen optando por el entretenimiento basura.
Los inmorales nos han igualao
La
biblioteca borgiana de contenidos que ofrece la red tampoco ha logrado mejorar
el gusto de las mayorías, por el contrario, es enorme la cantidad de sitios que
en el afán de hacer dinero se rinden y terminan banalizando sus contenidos;
nunca falta el desarrollador web, consultor o cualquier nombre que se pongan,
que venda la magnífica idea de que un portal no requiere contenidos duros, sino
imágenes atractivas y mensajes que llamen la atención.
De
eso se ha contaminado, por supuesto, la clase política, intenta ser atractiva,
empática, friendly, no importan las
ideas, las propuestas, sino que te den Me gusta o que te sigan. El caso más
reciente, la fotografía que desde su cuenta en Twitter (@EPN) remitió Enrique
Peña Nieto festejando el penoso papel de la selección de futbol. Qué importa
cómo está gobernando, qué importan las reformas, las negociaciones, la
política… miren cómo me igualo al pueblo (eso parece decir la imagen) en el
patrioterismo deportivo de patear a un hombre caído, porque eso fue Nueva
Zelandia, ¿no?, inclusive un lego en futbol se pudo dar cuenta.
Todo es igual nada es mejor lo
mismo un burro que un gran profesor
No
se trata, tampoco, de exigir una solemnidad constante a los políticos, ni que
como en los tiempos de José López Portillo difundan una imagen de salvador de
la Patria; pero hay formas, hay todavía ciertos protocolos a los que obliga un
cargo, con todo y que Vicente Fox se haya empeñado en destruir una tras otro
con sus barruntos.
Además,
en el caso de la fotografía de Peña Nieto, que es evidente que él no tomó pues
para eso tiene un empleado que se encarga de fotografiarlo, ¿nadie pensó que
era de mal gusto remitirla a sus seguidores en Twitter?, ¿no?, ¿de veras nadie?
Quien no lo consideró es que no ha tomado en cuenta que la sociedad está
ansiosa de perder el tiempo en nimiedades, en juzgar cualquier traspié, en
acusar cualquier estupidez que se cometa para lanzarse furiosa a hacer memes,
editar fotografías, correr chismes.
Que falta de respeto que atropello
a la razón
En
la misma conversación de Kapuściński con Maria Nadotti arriba citada, el autor
de Viajes con Herodoto señala que el
buen periodismo es aquel que se fija un objetivo e intenta provocar algún tipo
de cambio, “el verdadero periodismo es intencional”.
Así
las cosas, no todo está perdido, pues incluso de la basura se puede sacar algo,
sobre todo si se entiende la participación como una forma de participar en el
cambio, no sólo como la emisión de un voto o el callado asentimiento.
Si
la banalización de la información, si las fuentes no ofrecen otra cosa más que
el espectáculo vergonzoso, ese el punto de partida para la exhibición, no sólo
como una burla, sino como la declaración de que se le está dando seguimiento a
la clase política, que el haber sido electos no los hace invencibles o intocables,
te exhibo para exigirte que no sigas defraudando, te exhibo para que sepas que
la sociedad lleva la cuenta de los ridículos que haces y después, demandar
rendición de cuentas.
Si
el periodismos es intencional, eso justificaría que perdiéramos el tiempo
exponiendo las ridiculeces de la clase política.
Coda
Desvergonzada autopromoción con
intento de chantaje. Desde hace un tiempo formo parte de lo
que siempre me había extrañado; no entendía a esos hombres solos que en la
madrugada, frente a la ventanilla de la farmacia 24 horas, esperaban ser
atendidos por el siempre adormilado responsable del negocio para que les
vendieran un bote de fórmula o pañales; siempre pensé que era una falta de
previsión imperdonable, ¿cómo no se dieron cuenta que estaban a punto de
terminarse?
No
encontraba la explicación, ni siquiera como el fumador que soy, pues cada
cigarrillo que tomo de la cajetilla, inevitablemente, viene acompañado de la
cuenta mental de cuánto durará el paquete, lo que me permite adelantar el momento
de ir a la tienda para abastecerme de mi vicio.
Ahora
que soy padre, sigo sin entender cómo es posible que haya tenido que despertar
al encargado de la farmacia para comprar un bote de leche, sigo sin explicar
cómo pude tener esa falta de previsión, sin embargo, comprendo un poco más a
quienes antes miraba con paquete en mano regresar raudos a casa. Ahora que he
estado ahí, puedo quejarme con conocimiento de causa de lo caro que es la
comida para niños y también puedo usarlo como pretexto para invitarlo, lector,
a la presentación del libro Fulgores
breves de largo insomnio, que junto con Sofía Ramírez y Joel Grijalva
presentaré en el CIELA Fraguas (Allende 238. Centro, Aguascalientes) el próximo
jueves a partir de las 20:00 horas.
La
presencia de Sofía y Joel debería bastar como atractivo para que me acompañe en
el debut en sociedad del libro que me publicó Ficticia Editorial; pero si no
bastare, lo invito a solidarizarse con este padre que en las madrugadas sale a
buscar comida para su pequeño tirano. Fulgores
breves de largo insomnio estará a la venta durante la presentación, y todos
los fondos que se recauden serán destinados a la manutención de mi hijo. Ya no
por Joel y Sofía, ya no porque le gusten los cuentos o le interese lo que este
redactor escribe, hágalo por uno de esos insomnes que tocan con una moneda el
cristal de las farmacias 24 horas.
@aldan
Publicado en La Jornada Aguascalientes
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