Perdón por intolerarlos
Todos ellos Juanito Alimaña
Juanito ganó Iztapalapa, ¿quién lo iba a creer?, uno de los dislates que pintan de cuerpo entero a Andrés Manuel López Obrador, será jefe delegacional. Tan lejana parecía la victoria que se hicieron promesas difíciles de cumplir. Ahora que la realidad los ha alcanzado, se les nota que no tienen la más remota idea de para qué se busca un cargo público, cuál es la idea de servicio, peor aún, vencer los dejó desnudos y se asoma el rabo de sus intenciones, al menos el afán avaricioso de Juanito, quien no piensa renunciar, claro, a menos que le aseguren, ante notario, que la mitad de los puestos de mando serán para sus cuates. De eso se trataba todo, de dinero.
Ante la desvergüenza de Juanito es posible imaginar el gesto del priista de alto copete peñanietesco: ceja levantada, labios torcidos en media sonrisa que quiere decir: se los dijimos, nosotros somos la experiencia, pero ahí van a votar por el mutante pejeperrepetista; o bien al engominado panista que se ríe pleno agitando la papada, en franca burla porque los votantes se dejan engañar por la promesa de la democracia ya y salvemos a México, cuando la gente bien sabe que votar azul es lo de hoy. Sin embargo, lo cierto es que Todos ellos son Juanito Alimaña, como el coro en la canción de Héctor Lavoe & Willie Colón: Juanito Alimaña sí tiene maña, es malicia viva y siempre se alinea con el que está arriba, y aunque a medio mundo le robó su plata todos lo comentan, nadie lo delata.
No sólo la avaricia los iguala, los lleva por el mismo rasero la actitud ante el poder: se persigue incansablemente sin una idea clara de qué –aparte de enriquecerse– se hará una vez en él.
Juanito Alimaña y la ausencia de ideas ante la crisis económica del gobierno de Aguascalientes cuando la primera salida es la “especie de paros técnicos”, pomposamente llamado Acuerdo Estatal para la Protección del Empleo, tres medidas que se resumen en dos: aportaciones obligatorias de la burocracia, de uno a 22 días de salario (y al que no le guste, lo corremos, se ufana Luis Armando Reynoso) y 20 millones para los municipios, la tercera medida que no es tal consiste en que todas las dependencias están obligadas a cumplir ese mandato (nota de Jennifer González, agosto 18).
¿En verdad?, ¿para eso alcanza el ejercicio de gobierno?, no alcanza para reducir los inútiles viajes semanales al DF del gobernador; ni para recortar a los músicos que lo acompañan a sus giras a los municipios y amenizan los baños de pueblo, tampoco para eliminar las pruebas de sonido en que el Presidente del Patronato de la Feria goza de un espectáculo privado mientras bebe a cuenta del erario, y tantos otros pequeños actos de corrupción. Al parecer no, les gana el demonio de la avaricia, hágase la austeridad en otros bueyes, no en mi rebaño.
Juanito Alimaña y la demostración inútil de poderío, vergonzante. La portada de La Jornada Aguascalientes del pasado viernes muestra una fotografía del informe de la diputada Lorena Martínez, el espaldarazo del priismo a la guanabí gobernadora de Aguascalientes. Debajo de la imagen se informa sobre la caída del PIB, la más grave en 20 años, en contraste, los priístas juegan a la guerrita adelantada por la candidatura y hacen de un informe (banal, por cierto) un acto fastuoso a grado de grosería: el Antiguo Taller de Locomotoras convertido en pasarela, la dirigente del PRI y una treintena de diputados federales, el Comité Directivo Estatal y otros tantos invitados especiales, más de dos mil asistentes arrullados por la Banda Sinfónica de Aguascalientes, rodeados por mantas y lonas con la foto gigantesca de la diputada, la misma que tras informar que estaba muy satisfecha con su trabajo, recordó que en la entidad hay más de 500 mil pobres (nota de Mauricio Navarro, agosto 21).
¿En verdad?, ¿para eso alcanzan las ganas de ser gobierno? Organizar una demostración de fuerza para poner a temblar al resto de los posibles candidatos, politiquería que es dinero tirado a diestra y siniestra mientras se finge un gesto inteligente acerca de las necesidades de los habitantes del Estado, menciones burdamente caritativas hacia los pobres a los que ellos sí salvarán, mientras se intenta convencer a los invitados que cobran viáticos del erario público, facturas que han de pasar los diputados como viaje de trabajo. Peor aún, el anuncio de que la respuesta de otro posible candidato, será “mejor”, a ver cuánto se gasta Carlos Lozano en apagar el dispendio de Lorena Martínez.
No es un problema de partidocracia, es un problema de quienes logran montarse en la estructura de los partidos en busca del poder sin otro objetivo que no sea el del dinero, sin importar si el del PRD, PRI o PAN. Sí, como canta Lavoe: Juanito Alimaña sí tiene maña, es malicia viva. Todos ellos Juanito Alimaña.
Publicado en La Jornada Aguascalientes (23/08/09)
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