mood
He estado pensando en el futuro y no me queda más que sentirme triste, en mi caso las consecuencias de la edad no llegan todavía con un achaque físico sino en forma de profecías incumplidas, todo lo que la memoria me recuerda que no he visto.
Recordé lo viva que mi imaginación estaba el siglo pasado, cómo todo lo que veía era absorbido para convertirse en promesas que, tarde o temprano, se cumplirían, el único compromiso del futuro era traerlas a mis ojos para que las disfrutara.
Hace mucho que el futuro llegó, tal y como suelen hacerlo los amigos a quien esperas: sin aviso, se ha instalado en el sillón más cómodo y con las manos en las rodillas, como yo espera.
En un principio pensé que bastaba con dejarlo reposar, vamos, que cumplir sueños no es cualquier cosa; así que esperé sentado junto a él, de frente a la ventana; pero pasa el tiempo y nada, sigue en la misma posición con que se acomodó hace tanto tiempo ya.
He estado pensando en el futuro, me asomo a la ventana, miro alrededor y no encuentro noticia alguna de todo lo que había prometido. Cuando me acerco a preguntarle no me contesta, se dedica a cantar bajito la canción de estos días: No sé si hubo algo que me haya hecho soñar, en un instante todo se vuelve realidad, los pájaros de fuego se vuelven contra mí, me secan y me encienden, negándome a seguir, vacío, rodeado, llorando por un siglo, todo lo que veo, no lo verás jamás, extraño y condenado a no mirar atrás, los templos que vomitan los rezos del dolor hacen reír al cielo y al mal que hay en ti, señor, vacío, rodeado, llorando por un siglo
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