- Sin mapa
- Sin brújula
- Sin lógica
El regreso de la aplanadora. A toro pasado es sencillo explicar los motivos por los que el
Revolucionario Institucional arrasó en Aguascalientes, de hecho, es muy simple…
pero nadie lo ha hecho, al menos no al interior del PRI, cualquier intento de
reflexión se agotó en el festejo. No les alcanzó el tiempo para la
deliberación, el paso siguiente fue el grito a coro de la clase política para proclamar
a los cuatro vientos su filiación priísta y así no quedar fuera del presupuesto
y sin hueso. Después, la promesa cumplida de sumisión absoluta al Primer
Priísta del Estado (sic).
Sin partido.
Una de las consecuencias de que el PRI sea sólo un dócil apéndice del ejecutivo
estatal es que llega a las elecciones de julio sin mapa, sin brújula y sin
lógica. Resultado de la disciplina ciega a los caprichos del gobernador el
partido que hoy dice gobernar Aguascalientes goza de todos los beneficios de
ser aliado incondicional de lo que se diga en palacio de gobierno, pero también
sufre las consecuencias de un liderazgo que se diluye una vez traspasada la
frontera con La Chona y poco tiene que ofrecer.
Carambola. La
ausencia de voces críticas al ejercicio de gobierno tiene sus repercusiones en
el partido, ya que al sólo esperar el visto bueno del jefazo, no se analiza la
forma y con quienes llega el PRI a la contienda electoral.
Para muestra, un botón. El nombramiento del diputado Ríos Alba como encargado del II Distrito pareciera
un movimiento lógico, un reconocimiento a uno de los pocos políticos que ha
sabido realizar campaña y es (re)conocido entre sus electores, sin embargo,
quién sabe qué tanto pueda ayudar a que Alfredo González levante en las
encuestas y gane, el problema de esa candidatura es el líder cetemista.
El desgaste.
Así las cosas, el nombramiento de Ríos Alba responde a dos cosas al desgaste
obvio de Lozano de la Torre con el Comité Ejecutivo Nacional y al
reconocimiento del diputado en materia de productividad electoral y, por
supuesto, a la desesperación de la “dirigencia” (de algún modo hay que
llamarle) estatal del PRI.
Enfrascado en
cobrar su falta de apoyo incondicional, el gobernador polariza al interior de
su partido, sin medir las consecuencias de esa actitud de “conmigo o contra
mí”, pues mientras sus corifeos en los medios despliegan todo su veneno contra
quien se atreve a discrepar del gobierno estatal, otros tejen las relaciones
necesarias para fortalecer su posición en el tablero político.
No pasará mucho tiempo para que llegue el arrepentimiento de los “periodistas” que
envalentonados porque así lo ordena su jefe hoy pisan las largas colas de los
opositores. Dos nombres, Gregorio Zamarripa cada vez más afianza más su lugar
en la coordinación de la campaña de Peña Nieto en Aguascalientes y sólo está a
la de su nombramiento, mientras que Gabriel Arellano sigue diciéndole a quien
quiera escucharlo sobre su disposición a trabajar con, su amiguísimo, el
candidato presidencial y libre de compromisos con los candidatos de Lorena
Martínez o Lozano de la Torre.
El emperador va desnudo, nadie se atreve a decir y en el PRI en vez de tomar las providencias
necesarias para no ser arrastrados por las broncas personales de su jefe
máximo, prefieren encuerarse, ¿de qué otra manera entender la lógica de hacer a
un lado a sus mejores hombres y después obligarlos a sacar adelante las
campañas de quienes no logran repuntar?
En el caso de los ataques desde los
medios a quienes se atreven a contrariar (aunque sea levemente) los deseos del
gobernador, afortunadamente para los boletineros
y lamesuelas profesionales, la
opinión pública de Aguascalientes tiene un problema de retentiva, así que
rápidamente olvidarán que el día de hoy embisten a quien ayer elogiaban.
Publicado en La Jornada Aguascalientes (11/03)
Publicado en La Jornada Aguascalientes (11/03)
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