Envoltorio de papaya Bella y Bestia
La chica super poderosa
El conductor del noticiero anuncia que por fin estará en el estudio la
chica que ganó no sé qué primer lugar en no recuerdo qué prueba académica, creo
que de matemáticas; con bombo y platillo se hace la reseña de los logros de la
adolescente; ¿hay noticia ahí?, realmente no, ya se había realizado el anuncio,
de lo que ahora se trata es de exhibirla, miren esta hermosa manzana que en
medio de terribles dificultades logra sobresalir. Es nuestro nuevo sociales
La muchacha sobresaliente apenas y abrió la boca (no se trata de eso),
lo que había que destacar es que el locutor que la había invitado al programa
de noticias le iba a regalar una computadora (¡oh!) y un par de uniformes
escolares. A la entrega de esos reconocimientos se invitó al papá de la
triunfadora; en algún momento se le preguntó cuál era la fórmula para que su
hija destacara de tal forma… la respuesta no importaba; el conductor
interrumpió para reseñar las dificultades que pasó para encontrar a la familia,
como no tenían teléfono fijo, pues por falta de pago se los habían cortado… A
salvarlos entonces, cómo no, un llamado al auditorio a que sea generoso, ¡vamos
México!, ¡venga Aguascalientes!, esta familia nos necesita, no podemos dejarla
sola.
Banalizadas al máximo las secciones de espectáculos, reducidos los
espacios a la cultura, reiterativos los avisos parroquiales, nada como
desplegar ante el público a los individuos que logran superar la adversidad,
pero no de gratis, es necesario destacar que la sociedad los reconoce, se les
premia. Más importante todavía, apropiarse del hecho, ponerle nombre a la
dádiva, firmar el cheque, suscribir con una coqueta tarjetita el remitente.
El programa al que hago referencia fue interrumpido por la llamada
telefónica de un candidato a un puesto público, quien contó que iba manejando y
cuando escuchó la historia de la muchacha sobresaliente, le entró un súbito
deseo por ayudar, así que giró el volante y encaminó hacia la estación de
radio, para poder regalarle una tablet a la estudiante. Por supuesto,
aprovechó para subrayar que era un reconocimiento que él y la asociación que
representa le daban, antes de que lo cortaran alcanzó a hacer el comercial
completo.
No quedó ahí, enseguida de la llamada del candidato se comunicó un
diputado del PRD, quien conmovido por la historia de éxito y arrebolado también
por un súbito sentimiento de solidaridad se ofreció a gestionar una cantidad
para que la muchacha pudiera continuar con sus estudios, cómo no… Cuando le
preguntaron a cuánto ascendería el monto, si sería mensual o anual, el
legislador se hizo bolas, no tenía la más remota idea, pero eso sí, como
miembro de la izquierda, ya vería qué es lo que se tenía que hacer en el
Congreso para auxiliar a esa bellísima manzana que resaltaba en medio de tanto
infortunio.
El monstruo
Se llama Jesús López Castellanos y tiene 20 años. En unos cuantos
minutos, su historia, contada en vivo y directo por el programa de nota roja,
lo exhibió como un monstruo, en unos minutos pasó de ser una víctima que
necesitaba ayuda a un despojo humano.
El joven vive en uno de los fraccionamientos que durante su presentación
obtuvieron todos los reconocimientos gubernamentales posibles, ah, el gobierno
reconociéndose a sí mismo porque había construido viviendas para los más necesitados.
¿Que las casas son tan pequeñas que apenas cabe una cama matrimonial? Gente mal
pensada; ¿que no hay transporte, ni servicios municipales?, críticos mala
entraña que no quieren ver el progreso; ¿que después de las primeras lluvias
los muros de las casas se derrumbaron?, qué ganas de manchar con la crítica el
esfuerzo gubernamental.
Ahí, en Valle de los Cactus, asistieron los paramédicos ante la llamada
de auxilio de la familia de Jesús López Castellanos, el primer reporte fue que
se había intentado suicidar. Su hermano lo encontró justo a tiempo y evitó que
se quitara la vida.
El muchacho se quiso suicidar porque descubrieron que había abusado de
tres menores de edad. El reporte radiofónico, desde el lugar de los hechos, en
exclusiva y en vivo, se encargó de calificar de tal manera a López Castellanos,
que se justificaba que quisiera morir. El reportero de la sección policiaca
entrevistó a uno de los menores, quien contó que Jesús paseaba por las calles
del fraccionamiento en una moto y con el pretexto de que podrían subirse al
vehículo, atraía a los niños para llevarlos a su casa y ahí, abusar de ellos.
¿Qué te hacía?, no pudo evitar la pregunta el reportero a uno de los
niños. Pues eso, le respondió el menor, nos decía que nos iba a prestar la
moto, nos llevaba a su casa y ahí nos tocaba. ¿Qué más?, insistió. Pues eso,
nos tocaba.
Uno de los niños decidió contarle a su madre, quien tras mucho pensarlo
pues dejó pasar varios días, fue a casa de Jesús López Castellanos para
amenazarlo con que llamaría a la patrulla, que lo iba a denunciar por lo que le
hizo a su hijo; el reportero apuntó: “los tocaba y quién puede saber qué más”.
El monstruo, al verse descubierto decidió suicidarse. El hermano llegó
para evitarlo. Mientras la ambulancia revisaba a Jesús López Castellanos,
llamaron a la patrulla para denunciarlo. Cuando el muchacho era detenido,
aparecieron otros dos menores, acompañados de sus padres, para señalar que
también habían sido víctimas.
Jesús (recuerde, siempre transmitiendo en vivo) reconoce los cargos,
aunque aclara que “sólo acarició” a uno de los menores. El reportero,
evidentemente emocionado por la forma en que se acomodaron los hechos para
narrar su nota, contó que la madre de López Castellanos llegó en ese momento y,
mirándolo a los ojos, lo cuestionó acerca de la veracidad de las acusaciones.
El muchacho, esposado y ya en la camioneta de la policía municipal,
cuenta el reportero, “agachó la cabeza y dijo que sí”. Lamentablemente, el
tiempo del noticiero se acabó, así que el reportero sólo alcanzó a apuntar,
minutos más tarde, que Jesús López Castellanos, intentó suicidarse de nuevo.
¿Qué sucedió?, no hubo tiempo para señalarlo.
Y no, nadie, ningún candidato, ningún diputado llamó para ofrecer su
ayuda. ¿Quién querría mirar a los ojos al monstruo que no ha sido capaz de
triunfar ahí, en medio de las peores circunstancias?
Coda
Ojos que no me atrevo
a mirar en sueños
En el reino del sueño
de la muerte
Allí no aparecen:
Allí, los ojos son
Rayos de luz sobre
una columna rota
Allí, es un árbol que
se agita
Y voces
En el viento cantando
Más distantes y más
solemnes
Que una estrella que
se apaga.
No me dejen adentrarme más
En el reino del sueño
de la muerte
Permítanme también
que use
Disfraces
convenientes
Piel de rata, plumaje
de cuervo, maderos en cruz
Esparcidos por el
campo
Comportarme como lo
hace el viento
No más alla –
Los hombres huecos. T.S. Eliot
@aldan
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