19 noviembre 2007

Decálogo para la novela actual. Vicente Verdú


Un resumen de lo que Vicente Verdú ha publicado en El País: Reglas para la superviviencia de la novela.

1. La novela deberá mostrarse enérgicamente resistente al intento de trasladarla al cine, la literatura hoy más que nunca debería alzarse como intransferible.

2. La obra literaria debe insistir más que nunca en la categoría de su escritura, en su habilidad para hacerse indispensable como medio de conocimiento y comunicación peculiar, insustituible en la iluminación y la clase de disfrute que procura.

3. No habrá de valerse la obra de ninguna estructura prefabricada, lo que cuenta es la belleza de la inmediatez, el texto convertido en un gozoso bocado de por sí.

4. La fragmentación de las historias, con sus anotaciones e intervalos mentales, tiende a copiar del blog y de la comunicación fragmentada omnipresente. Una novela contemporánea que no haya asumido esta clase de comunicación se ahogará en su jactancia.

5. El desarrollo del libro obedecerá a una red de experiencias que hiladas, entrecruzadas o en racimo planteen un tutti frutti para el multipolar lector de hoy.

6. La novela considerará la multiplicada sensibilidad del receptor mediático y la interacción, estimará la belleza eficiente de la forma, la seducción estética. Lo propio de la literatura excelente será la belleza y perspicacia de la escritura.

7. La peripecia interior es el juego especial de la escritura y su máxima legitimación.

8. Si la literatura aspira a conocer algo más sobre el mundo y sus enfermos su elección es la directa, precisa y temeraria escritura del yo. No hay comunicación sin comunión, no hay comunión sin comunidad, no hay comunidad sin sinceridad, no hay sinceridad sin volcar lo personal.

9. La voz será la de la primera persona del singular. Trato directo entre el autor y el lector, entre las aventuras, las pasiones o los dolores que se comparten en la secuencia del texto.

10. Ninguna obra sin humor forma parte de la producción intelectual inteligente puesto que ningún genio en la historia de la humanidad prosperó sin la ironía sobre sí mismo. Sin ironía no hay contemporaneidad, sin ironía no existe visión de la iridiscencia del mundo y su variable composición.


En verdad que vale la pena leer completas las Reglas para la superviviencia de la novela. La discusión está abierta, por mi parte puedo decir que me estoy convirtiendo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola...

No todo lo que dice Verdú acaba de convencerme, aunque tiene (desde luego) ideas sumamente interesantes. Un solo ejemplo está en el punto 8: ¿de veras es factible "la directa, precisa y temeraria escritura del yo" a estas alturas del partido? ¿De cuál "yo" estaríamos hablando, para empezar? Y (ya entrados) ¿a qué viene el cliché de "la realidad supera siempre a la ficción"? La realidad es otra antigualla, anterior a su mercantilización. Desde luego, tratar de hacer deslindes y precisiones a una proclama podría considerarse inútil, pero creo que no lo es. En especial porque estamos en el basurero de la novela, se diría...

Un abrazo, Edilberto.

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